lunes, 13 de mayo de 2013

MÍRATE AL ESPEJO

Mírate al espejo. ¿Qué ves? 
Busca tus ojos entre las lágrimas que derraman y que caen por tus mejillas burlándose de ti, llamándote débil solo porque tienes miedo. Una vez los hayas encontrado, levanta tu mano y apártalas de en medio. Sigue mirándote al espejo. Baja la mirada y busca esa línea inexpresiva que tienes bajo la nariz, cesa los sollozos que salen de tu alma y escucha.
El silencio te envuelve y eso te da miedo, pero estás sola, no temas. Levanta la mirada y fíjala en lo más profundo de tus ojos. Dime ahora, ¿qué ves?
Sí, ese brillo que llevaba ya tanto tiempo escondido, ese brillo que creías perdido, está ahí esperando para volver a iluminar tu mirada, deja que lo haga. 
Mira tus labios que están enrojecidos de tanto mordértelos por el sufrimiento. Deja de hacerlo y dibuja una sonrisa, sabes que puedes hacerlo. Pero dibújala de verdad. 
Coge esos recuerdos que no olvidaras nunca y tráelos de inmediato a tu presente, solo los buenos, los malos ya te han hecho sufrir demasiado.
Ahora sí, ya estas lista para que tus ojos brillen de nuevo, para dibujar esa sonrisa que tanto deseo ver y para volver a soñar otra vez. Aprovéchalo.

TANTAS VECES

¿Cuántas veces hemos intentado ser quien no somos y nos ha salido mal? ¿Cuántas veces, sin darnos cuenta de que nos estábamos fallando a nosotros mismos, hemos deseado rechazar quienes somos por un error del pasado o un deseo del futuro? 
¿Cuántas veces hemos jugado a ser héroes que luchan contra el mal, sin pensar ni un instante en los que estábamos hiriendo? ¿Cuántas veces hemos deseado poder rectificar el pasado?

¿Cuántas, sin embargo, hemos disfrutado y desearíamos repetir?