Un día me contaron que lo bonito de la vida era el largo camino y las grandes cosas que podías llegar a hacer, en mi opinión, lo bonito de la vida eran las impresionantes personas que se cruzaron en mi camino y, en ocasiones caminaron junto a mi.
Personas que me dieron la mano y no me soltaron nunca, personas que aunque los gritos fueran un constante entre nosotros estuvieron a mi lado cuando tropecé. Personas que aunque me gritaban, decían que me odiaban, provocaban mi llanto y se alejaban de mi, en el fondo estas eran las que más deseaban estar conmigo, las que querían abrazarme y no soltarme nunca, las que deseaban quedarse a mi lado para siempre. Esto lo se ahora, ahora que ya no estoy con ellas.
Recuerdo el día en que conocí a cada una de ellas, tan importantes para mí que con el simple hecho de saber que formaban parte del mundo ya era un alivio para mi alma.
Un día me contaron que lo bonito de la vida era el largo camino y las grandes cosas que podías llegar a hacer, en mi opinión, lo bonito de la vida eran las impresionantes personas que se cruzaron en mi camino y, en ocasiones caminaron junto a mi.
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